Carl jung el despertar de un nuevo enfoque psicológico
Por María Kon y Romina Polak, en la ciudad de Buenos Aires
Hace seis mil o siete mil años, mientras observaban el cielo nocturno, los habitantes de Mesopotamia comenzaron a configurar imágenes. Alguien vio una cabra, otro divisó un toro, un escorpión, y de esa manera, sucesiva o simultáneamente, se fueron «armando» las imágenes que hoy conocemos como signos zodiacales.
Imaginemos a un habitante mesopotámico, a quien llamaremos Pedro. Se encuentra acostado a la orilla del Tigris, en una noche estrellada y serena, absorto ante la magnitud del cielo, llenándose de esa inmensidad inexplicable, inalcanzable, desconocida. Frente a ese «caos», comienza a trazar líneas imaginarias uniendo aquellos puntos centelleantes. Su imaginación vuela. Queda maravillado con las figuras que «descubre» mediante sus trazos…