Algunas reflexiones y aportes por Beatriz Graciela Borenstein.

Joan Riart I. Vendrell (1999) caracteriza al tutor como “el orientador más próximo al alumno”.

Canteros y colaboradores (1997) sostienen: “Se trata de una función facilitadora. Centrada en el análisis para la resolución de problemas que se presentan en lo real de lo cotidiano, su ejercicio apunta a producir formación en temáticas propias del quehacer humano intersubjetivo que requieren no sólo “información” sino “elaboración”. Un saber hacer que pueda concluir en posicionamientos responsables frente a cuestiones pragmáticas y éticas: la posición frente a la ley y la autoridad, derechos y deberes, discriminación, solidaridad, relaciones grupales, el estudio y su evaluación, el cuidado propio y del prójimo. Se trata aquí de una función “productora de subjetividad”